El año pasado estaba embarazada así que no era todavía oficial pero en 2013, Zoé ya tiene 8 meses así que sí, sí cuenta, y aunque ella todavía no me dice mamá, los ojitos de alegría cada que la voy a cargar o regreso del trabajo para verla, son lo mejor en el mundo entero.
Casualmente por la noche me di cuenta de que sus encías ya mostraban filo, osea, dos pequeños dientes se asoman ya y a David y a mi nos puso como locos de felicidad; no podría explicar la causa del alboroto que hicimos, pero yo creo es la oportunidad de ser testigos de cada uno de sus cambios y su desarrollo.
Pero bueno, este primer año oficialmente me dijeron: ¡Feliz día mamá! 🙂